jueves, 13 de marzo de 2014

Rojo rigor de listones rígidos
y un sueño fácil
para la hora de las músicas de ascensor
en este no lugar (entre la tierra y el cielo)

Me espera mi vida que es la mía
y la de un pokemon solar,
Un juanito flash saltarín que se va
colando despacio bajo la piel
cada día, a mi pensar y a mi sorpresa.

Lo que esperé no era, y lo que es
se despierta blando sobre este cojín ahora,
Ahora.

martes, 3 de noviembre de 2009

Miro

Un trazo de impresiones sobre el agua turbia de mi inconsciencia.
Una traba constante respecto de mis propias preguntas.

Si ayer era todo dolor y congoja ¿porqué soy hoy razonable duda?
¿Qué ritmo se altera, qué cuerdas invisibles pulsa aquel que mira
y se divierte avanzando, retrocediendo, la cinta circular de mi vida?

Porque tejo mi propia tela de palabras no dichas que abortan
cuando trato de lanzar el verbo.
Soberbia de aprendiz eterno, cuando ese verbo no existe en ninguna parte
o es solo una ocurrencia (o trabajosa rectificación).

En este tomarme tan en serio se me va la vida preciosa

y miro,
esperando que por entre los pliegues de mi piel asome
algo que se parezca a un alma,
algo que me diga que no soy solo un cúmulo de ida materia,
un cuerpo repetido, con manos como millones de manos
para tomar lo que ninguna ha retenido.
Y el espejo desquiciado me devuelve mis terrores y me voy,
prendado de ellos,
Me voy preñado de ellos.

Un ombligo mira a otro ombligo
¿será que el ojo con el que me miras
es el mismo ojo con el que yo te miro?
Estoy suspendido entre dos antes, de esos que uno recuerda con anhelo
y respiro, desafiado, como una grulla azorada contra el cielo de tormenta.

¿Con qué calor, padre calmo, se llena este vacío?

viernes, 30 de octubre de 2009

Barco

Un barco al puerto
lleno de cosas de la china (de las otras)
Cosas con permisos que no serán limpios,
que irán a satisfacer hambres insaciables
que son hambres imposibles
de gentes que no saben ni conocen el sosiego.

Las papas, las lechugas están bien.
Son de buena leche y de un mundo alienígena
en el que se vive lleno de optimismo.
Una papa germinada de hijos
y una hoja verde de la revolución productiva
llenan de átomos esta nada que voy
paseando de una punta a la otra de la chakra.

Vuelvo por la vereda rota
con mis zapatos de hacer semblante,
con la cara dura de sueño
y me digo cómo es que todavía
sigo metiendo mi vida a quemarse
ridícula, en las casitas vistas de arriba.

sábado, 24 de octubre de 2009

Siesta

El niño jugaba con la calavera.

Le hacía dar cabriolas, la hacía esperar adelante

Le hacía chito, le hacía sostener el plato caliente

La hacía reir, la calavera reía

La hacía llorar, la calavera reía.

miércoles, 14 de octubre de 2009

No más que hasta el fondo

Eso, hasta el fondo. No es fácil ser coherente con este enunciado, pero lo escribo a ver si algo me hace click en el fondo del cerebro. No quisiera conformarme con quedarme en la superficie de las cosas en las que me embarco, como el arte o el amor, pero me cuesta enormemente no quedarme pegado en los adornos de las cáscaras. ¿Para qué quiero una historia en la que no pueda investigar de verdad cómo es el otro? O es que no quiero saber cómo es el otro? Por estos días me estoy considerando demasiado. Me dieron un poco de soga y otra vez caí en la soberbia, y me pongo exigente, demandante e infantil. A veces pienso que no es mucho pedir estar un poco del otro lado, del que tiene derecho a elegir (tal vez después de todo elija, pero no conscientemente). En fin, hagamos eso que hacen los sabios: reservémonos el derecho al berrinche para otro momento.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Diente de león

De todas las cosas que no ocurrirán,
la que más voy a extrañar
son aquellas vacaciones en la playa
cuando ocupamos la cabaña junto a los médanos,
y tomábamos café instantáneo en vasos de lata
a la hora mágica en que mechones salados dibujaban
tatuajes maoríes sobre la comisura de tus labios
y sobre tu frente.

Pasándola

Hoy puse en mi nick: "haciendo eso que nadie quiere hacer". Una fracesita inocente. Podría ser laburar porque estoy en horario de laburo, pero no: es pasarla mal. Claro, podría haber escrito "padeciendo eso que nadie quiere padecer" o "sufriendo eso que nadie quiere sufrir", pero ocurre que veo mi cuota de responsabilidad en todo esto, en pasarla mal, quiero decir. Me reclino hacia atrás en mi silla, miro por la ventana y me digo que no tengo ningún motivo para sentirme desdichado, y sin embargo, ahí está esa nube negra suspendida arriba de mi cabeza, invadiendo y tiñendo mi todo. Me intereso poco en las cosas, me pongo apático, me importa todo bastante un pito, la verdad. Y eso que me cruzo con gente interesante, chicos llenos de vida e inquietudes válidas. Y me siento privilegiado en muchos aspectos: tuve una buena educación, no tuve privaciones de ningún tipo (por lo menos no de las básicas, de las otras claro, pero quién no), tengo amigos que me quieren y a quienes quiero, tengo un laburo que me permite vivir sin estridencias y darme ciertos gustos, pero que sobre todo me da un tiempo razonable para hacer un montón de cosas que me gustan y no dañan a nadie (dicho sea de paso, mucha gracias, señoras hordas de filósofos y economistas, que no han sabido lidiar exitosamente con el tiempo, será por eso que su valor es tan hermosamente inasible y no hay teoría del valor - ni de utilidad marginal ni marxista - que valga - la redundancia). Tengo entonces un cierto tiempo, hago más o menos lo que me gusta y no tengo problemas físicos de consideración (por lo menos no que yo sepa), la croqueta me funciona más o menos correctamente (puedo ir a comprar un kilo de cebollas sin que me estafen más que al promedio de la población). Entonces, qué mierda me pasa? Pasa que siento que algo me falta. Y me detengo en eso. Me bloqueo, supongo. Pero qué es? Yo entiendo la vaciedad, entiendo que no hay que apegarse, entiendo todo eso, pero es como ir a terapia, viste? Cuando estás ahí lo deconstruís todo y lo intervenís y lo reformulás un primor y sos gardel, pero caminás hasta la esquina y ya sos de vuelta un orangután con zapatos (y con miedo de perderlos, encima) Mierda. Para qué quiero estar despierto? Para aprender. Qué? Tal vez debería volver todos los días a casa y prender un churro así de grande para quedar flotando a media agua mirando el cosmos pasar, esperando que venga la sombra a tirar alimento en mi pecera, como el axolote de Busqued.